jueves, 16 de septiembre de 2010

HISTORIA DE LA FOTOGRAFIA

       Ciento cincuenta años no son nada en la historia de la Humanidad; sin embargo, esa es la edad oficial de la fotografía. Y durante estos ciento cincuenta años, la Fotografía ha contribuido, más que ningún otro medio de comunicación, al alcance de la civilización. La Televisión, su pariente más cercano, no tiene todavía la respetable edad de su predecesora en el manejo de las imágenes.
       Septiembre de 1989, año en el que las instituciones científicas y culturales de todo el orbe se unieron para festejar esta portentosa herramienta de comunicación y expresión artística. 
                                                                                                               Arq. José Luís Pariente Fragoso.

          Septiembre de 1989 Año en el que se celebró, para la mayoría de la población mundial, el ciento cincuenta aniversario de la Fotografía. Y digo para la mayoría porque para los habitantes de Saint-Loup-de-Varennes, pequeña localidad Francesa, los ciento cincuenta años se cumplieron en 1983, pues para ellos, como para muchos fotógrafos, la Fotografía se invento en 1822, como orgullosamente proclama el monumento local erigido en memoria de su descubridor, Joseph Nicephore Niepce, en el centenario de su fallecimiento. 
Y si lo que tomamos en cuenta para la celebración es la fecha de la primera foto que se conserva, entonces el asunto se complica más todavía, pues ésta data de 1826. Niepce la tomó desde la ventana de su casa, con una exposición de ocho horas. La impresión está hecha sobre una placa de peltre, recubierta con betún de judea (1), y actualmente se conserva en la colección Gernsheim de la Universidad de Texas en Austin.
El hecho de haber escogido el año de 1839 como el inicio de la Fotografía obedece entonces a otro tipo de causa, más oficialista y burocrática que propiamente fotográfica, como explicaremos a continuación.
La Fotografía, como la conocemos en la actualidad, se debe a la conjunción de dos fenómenos hasta cierto punto separados; 1.- de la física: la cámara obscura con un lente que nos proporcione la imagen de todo lo que se encuentre frente a ella. Y 2.- de la Química: una placa sensible al registro de una imagen por medio de la luz (2). Podemos ver con esto como la ciencia es un fenómeno de múltiples facetas, que permite que para un solo aspecto como la fotografía en cuestión, involucra diferentes fenómenos tanto físicos como químicos.
Los orígenes de nuestra actual cámara se remontan a Grecia, aproximadamente en el año 335a.C. con Aristóteles (3), quien ya desde esa época conocía la propiedad óptica de una pequeña abertura en un cuarto obscuro para reflejar en la pared opuesta una imagen del exterior, iluminada por la luz brillante del sol.
Esta observación debidamente registrada, no tuvo gran utilidad en su época, pero los conocimientos de Aristóteles fueron conservados por los árabes, quienes la utilizaron para observar y estudiar los eclipses de sol, transmitida a Europa aproximadamente en el Siglo XI, por el erudito en el campo de la optica, el árabe Alhazen de Basora, quien describió el fenómeno de formación de una lúnula durante los eclipses de sol, al pasar la luz por una pequeña abertura y proyectarse en una superficie plana colocada enfrente del agujero.
El primer paso importante en la historia de la Fotografía fue la aplicación práctica de la cámara obscura Leonardo da Vinci en 1490 fue el primero en describir sus posibilidades, él uso este recurso “tecnológico” como ayuda para los artistas principiantes durante el siglo XV en Italia, diseñando las primeras “cámaras obscuras” (que eran verdaderas casas móviles), donde el alumno debía introducirse dentro de la “cámara” por una abertura en la parte inferior de esta, para después para calcar o copiar los motivos a “lápiz” antes de comenzar a pintar. 
La primera ilustración publicada de una cámara obscura apareció en 1545, en la obra: “De radio astronomicoet geometrico liber”, del físico y matemático holandés Reiner Gemma-Frisius. Es importante aclarar que desde el Renacimiento, Leonardo da Vinci ya había hecho diversas descripciones acerca de la cámara obscura en sus libros de notas, sin embargo, por diversas circunstancias éstos no vieron la luz publica hasta 1797.
Esta cámara obscura consistía en una pesada caja de madera, cerrada, con un orificio del tamaño de un lápiz, por el cual penetraban los rayos de luz que formaban una imagen invertida de los objetos del exterior, en la parte posterior de la caja, la cual, por su peso, era necesario montarla primero en un tripié. En los siguientes 50 años el refinamiento de ésta fue la principal preocupación de los artistas.
Las imágenes eran de una calidad muy pobre, esto provocaba que el trabajo de “los copistas” fuera muy lento y si la persona no era muy “hábil” el resultado era fatal. Defecto que fue solucionado por otro desarrollo de la ciencia: presentándose en este siglo las primeras innovaciones; Primero: El Objetivo o Lente, que en latín significa “lenteja” por su parecido con ésta, inventado en 1550 por Girolamo Cardano para corregir la visión  defectuosa, así que este fue acoplado a la cámara obscura obteniendo ahora una imagen nítida.
Giovanni della Porta, en 1558, recomienda su uso como auxiliar para el dibujo, en su libro “Magiae Naturalis”, y así fue utilizada por pintores como Guardi y Canaleto. Segundo: Se perfecciona el Diafragma, éste fue obra de Danielle Barbaro en 1568; ambos inventos fueron adaptados a la cámara obscura para mejorar la imagen. Es importante comentar que el uso de la cámara obscura no fue visto con buenos ojos por todos los artistas de la época, los cuales veían con mucho recelo esta innovación, ya que argumentaban que era una forma “impura” de arte, y durante mucho tiempo boicotearon su uso, haciendo burla y escarnio de todos aquellos que la usaban. Sería interesante saber si en realidad ese era su motivo, o si tal vez veían a la cámara obscura como posible competencia y pérdida de sus benefactores.
Con el paso de los años los científicos de la época animados por los pintores que utilizaban la cámara obscura, trabajaron también en el diseño de una “cámara obscura portátil”, a mediados del siglo XVII se lograron varios adelantos y mejoras en el lente, diafragma, y métodos de enfoque que permitieron que el uso de esta herramienta se hiciera más común entre todos aquellos interesados en la pintura, pues permitía de una manera muy sencilla obtener bocetos muy precisos, para después colorearlos en un lugar más cómodo. Permitiendo con esto el aumento, tal vez no en la calidad final del producto pero si en la cantidad de material que se ofrecía, lo que provoco que la pintura dejara de ser un campo solo para una “Elite”, con un don especial, y abrió las puertas a una gran cantidad de “Pintores mediocres”, que ahora gracias a la ciencia tenían una herramienta que les permitía y facilitaba el poder representar la realidad y transmitir sus emociones de una forma sencilla.
Una idea que se volvió indispensable era: la necesidad de una cámara obscura portátil que compartiera los elementos como objetivo, diafragma y una hoja de papel sobre la cual poder hacer una imagen. La idea se extendió por toda Europa.
En 1646, un investigador alemán, Athanasius Kircher, incluyó en una investigación el dibujo de una cámara obscura portátil, que observó en uno de sus viajes por Europa. Después de esto surgieron en gran variedad de formas y tamaños.
En 1657, Kaspar Schott hizo una cámara que tenía dos objetivos y un foco ajustable, que funcionaba por medio de dos cajas, una de las cuales se deslizaba dentro de la otra.
En Inglaterra, Robert Boyle introdujo una cámara con una hoja de papel aceitado, que lo hacía ver casi transparente, sobre la cual se proyectaba la imagen.
En 1676 un profesor alemán, Johan Sturm, empleo la misma idea que Boyle, pero añadió un pequeño espejo colocado a 45º respecto al objetivo que reflejaba la imagen derecha, en vez de invertida como las anteriores, y un capuchón para mejorar la visibilidad; es el primer antecedente de nuestra actual cámara Réflex.
Un siglo después, Johann Zahn sustituyó el papel aceitado por un vidrio opalino, y añadió un objetivo de telescopio formado por dos elementos, (uno cóncavo y el otro convexo), para conseguir una ampliación de la imagen.
Mientras todos estos avances estaban orientados hacia la refinación y perfeccionamiento de la imagen obtenida y de la primitiva cámara fotográfica, el proceso de grabar una imagen por medio de la luz y fijarla por medios químicos estaba todavía muy lejos de descubrirse. El trabajo de la Física había acabado, y apenas comenzaba el largo camino para los amigos de la Química.
Los primeros intentos por encontrar una substancia sensible a la luz se remontan a 1727, con Johann Schulze, profesor alemán de anatomía, quien buscaba una formula más eficiente para producir “fósforo”, descubrió por casualidad que las sales de plata, que tenia en su mesa de trabajo, se ennegrecieron al ser expuestas a los continuos destellos del fósforo. Desgraciadamente él, como antes Aristóteles, no supo como aplicar inteligentemente este descubrimiento.
El sueño ahora de los que utilizaban la “cámara obscura” era poder grabar la imagen, y poder eliminar el engorroso y tardado proceso de calcar y pintar, sin saber que la solución ya se había encontrado, esto permitió el refinamiento de las técnicas de iluminación y lo que hoy llamamos composición fotográfica.
Jean Hellot, en 1737, al revisar unas notas sobre el trabajo de Schulze, observó que podría aplicarse nitrato de plata a un papel y obtener imágenes y pensó que podría aplicársele a este trabajo el término Fotografía (escribir con luz).
Fue Thomas wedgwood en 1802, quien por primera vez aplicó estos compuestos a una superficie de cuero; la colocó en una cámara y obtuvo por este procedimiento siluetas de hojas y de alas de insectos; el equivalente a nuestros actuales fotogramas.
Desgraciadamente estas imágenes no eran permanentes, ya que al carecer de un fijador era imposible conservarlas. En esta dirección trabajó Sir John Herschel (4), quien en 1819 descubrió las propiedades fijadoras del hiposulfito de sosa.
Desde 1822, según la mayoría de los historiadores, el frances Joseph Nicèphore Niepce (5), oficial retirado del ejército, y químico aficionado, había obtenido imágenes permanentes con éxito, según se lo cuenta por carta a su amigo Lemaitre. Hizo el descubrimiento en 1824, pero desgraciadamente no se conserva ninguna de estas imágenes. Sin embargo, como ya dijimos anteriormente, la primera fotografía permanente que se conserva es la que tomó en 1826, desde la ventana de su casa en Gras (6), cerca de Châlons-sur-Saône, su villa natal, la “Foto” tuvo una duración de 8 horas de exposición. 
El método de Niepce “La heliografía” como le llamó, era demasiado laborioso y complicado, requería que los interesados contaran además de los conocimientos en el manejo de la cámara obscura con profundos conocimientos de química, para poder realizar la preparación de las “emulsiones” (este método para obtener fotografías evoluciono hasta convertirse en lo que ahora conocemos como “fotograbado”). En su intento de perfeccionar su descubrimiento, gastó casi la totalidad de la fortuna familiar. El 8 de diciembre de 1827, Niepce trató de publicar su invento; para ello se dirigió a la Royal Society de Londres, pero sus intentos fueron infructuosos. Dos años mas tarde, en 1829, agobiado por las deudas, se ve obligado a firmar un convenio de sociedad con otra personalidad en el campo de la fotografía, el pintor Louis Jacques Mande Daguerre, quien había estado trabajando por su cuenta en los procesos fotográficos (7), sin obtener resultados satisfactorios. Estaba enterado del trabajo de Niepce y deseaba más que él esta sociedad. Desafortunadamente en 1833 Niepce fallece y Daguerre, haciendo a un lado al hijo de Niepce que toma el lugar de su padre en la sociedad, queda al frente de las investigaciones, encaminadas a encontrar la fórmula del fijador ideal.
En 1835 Daguerre colocó una placa expuesta en su armario de química, y al revisarla varios días después se quedó asombrado al observar que, por accidente, se había revelado la imagen latente por los vapores de mercurio de un termómetro roto dentro del armario. Pero pese a ese descubrimiento las imágenes no eran totalmente permanentes. No fue hasta 1837, después de muchos intentos y de gastarse gran parte de su fortuna personal, cuando Daguerre logró fijarlas con una solución de sal común y decidió llamar a este invento Daguerrotipo, el cual provocó toda una moda en su tiempo, pues él introdujo el primer sistema practico para obtener fotografías.
Louis Daguerre logra una toma que con el tiempo se haría famosa: la vista del “Boulevard Du Temple de París”, en la que, más por casualidad que deliberadamente,  por primera vez se presentaba el retrato de una persona (un caballero de pie y un bolero). El 15 de junio de 1839, y debido al éxito que estaba teniendo el nuevo invento, un grupo de diputados franceses propuso a la cámara que el Estado adquiriera la patente  de la fotografía y lo hiciera público. El 3 de julio de ese mismo año, el diputado Argo (8) presentó el proyecto de ley a la Cámara de los Pares.
El documento presentado concedía a Daguerre y al hijo de Niepce una pensión vitalicia por el invento de lo que en ese momento se llamaba “Daguerrotipo”. Las cámaras lo aprobaron por unanimidad y en una sesión solemne de la Academia de Ciencias y Bellas Artes del Instituto de Francia, el 19 de agosto de 1839, se anunció públicamente que el Estado Francés adquiría el invento y al mismo tiempo renunciaba a todo monopolio, dejando libre la opción de explotarlo a todo aquel que quisiera hacerlo. Fue el propio Argo quien, en esa sesión solemne, explicó detalladamente el procedimiento a los asistentes, entre los que se encontraban representantes de los medios de difusión. Al día siguiente, 20 de agosto, apareció la primera edición de la “Historique et Description des procedes du Daguerrotipe et du Diorama”, obra en la que Daguerre explicaba el funcionamiento de sus inventos y que mañosamente había patentado en Inglaterra cinco días antes de que se hiciera del conocimiento público el Daguerrotipo.
Y fue este quien provoco toda una serie de sucesos y modas en Francia y Europa e incluso nuestro país, en la época del “Porfiriato”, sufrió una invasión de “Daguerrotipistas”. Ahora circulaban imágenes de todo el mundo captadas por estos fotógrafos; las universidades, los arquitectos, ingenieros, antropólogos, contaban ahora con una herramienta que les permitía obtener testimonios gráficos de sus obras o descubrimientos.
Sin embargo, a pesar del impacto que logró en la sociedad francesa, los Daguerrotipos poco a poco mostraron algunos defectos; eran imágenes positivas que impedían obtener duplicados, lo cual hacía necesario que para tener dos retratos había que posar en dos ocasiones, y esto no era muy cómodo ya que, en los comienzos, cada exposición  era aproximadamente de 30 minutos, y esto constituía un verdadero tormento para los modelos a fotografiar, por lo cual los fotógrafos se volvieron expertos en retratar objetos inmóviles; eran frágiles y en ocasiones tenían que recurrir a pintores para que los retocaran y dieran el toque final. Además de todo esto el procedimiento fotográfico, como lo conocemos hoy en día, o sea el proceso de Negativo-Positivo, no deriva del Daguerrotipo; éste es el antecedente directo del sistema polaroid (sin negativo).
El sistema negativo-positivo debe su invención al inglés Sir William Henry Fox Talbot, (este sistema  permitía al fotógrafo obtener varias copias de un negativo, esto significaba que con solo hacer un “clic” se podían lograr varias “fotos” del motivo deseado), quien en febrero, también de 1839, editó la que puede considerarse como la primera publicación exclusiva de fotografía: “Some Account of the Art of Photogenic Drawing”, en la que muestra una colección de positivos fotográficos, realizados por Talbot, a través de negativos hechos en papel.
Talbot había estado experimentando con  papel recubierto de una solución de nitrato de plata, e ignoraba los logros de Niepce y Daguerre. En 1835 obtuvo su primer negativo con éxito; curiosamente y en forma similar a como lo hiciera Niepce; de la ventana de su casa en Lacock Abbey reveló la imagen con una solución de ácido gálico, y la fijó con una solución salina concentrada; y en 1841, después de perfeccionar su procedimiento, lo bautizó como: “Calotipo”. Este logro permitió 2 cosas: 1) reducir el tiempo de exposición con relación al Daguerrotipo y 2) abaratar el costo al utilizar el papel como base. Pronto este invento alcanzaría gran popularidad entre los nuevos aficionados a la fotografía, aunque no logró alcanzar el éxito de su rival: el “Daguerrotipo”.
En 1844 Fox Talbot fundó un negocio fotográfico, con el fin de hacer calotipos para venderlos y poder patentar su invento; desgraciadamente, como ocurrió con los Daguerrotipos poco tiempo después, los calotipos mostraron también su talón de Aquiles y es que, con el tiempo y el uso, las copias perdían calidad de imagen.
Los pequeños y grandes perfeccionamientos se sucedieron a lo largo de los años y poco a poco cada pionero puso su granito de arena y su pequeña aportación a la historia de la fotografía: emulsiones más finas, fijadores más consistentes, cámaras más compactas, mejores objetivos, placas curvadas y manipulaciones en el revelado.
Como recordaremos los primeros fotógrafos eran pintores y esto permitió que la fotografía naciera, creciera y se desarrollara en un ambiente artístico, rodeada de gente que sabía tratar con las imágenes, que conocía como disponer e integrar los elementos frente a la “cámara”, de esta forma el uso de la “Cámara obscura” paso de ser una vergüenza a ser un medio tan respetado como la pintura y aun, más socorrido, pues no era tan lento en su proceso de obtener las imágenes, y está sima se volvió más notoria cuando otro Inglés  Frederick Scott Archer en 1851, motivado por los nuevos avances de la ciencia que trajeron cambios y perfeccionamientos que se produjeron tanto en los químicos, los objetivos y en la misma cámara, lanzara al mercado un invento que libraría a Europa de los “monopolios” de Daguerre y Talbot: “El colodión húmedo”.
Este remplazaba a las placas de metal de los Daguerrotipos y el papel del Calotipo, por vidrio como soporte,  utilizando la albúmina del huevo como el elemento principal, que mantenía a la emulsión de haluros de plata adherida al vidrio. La base de vidrio le dio mas resistencia a los negativos y la confiabilidad de que a diferencia de como ocurría con Daguerrotipos y Calotipos, el vidrio no le añadía su textura y cambio de tonalidad a las fotografías. Otro de los logros del Colodión Húmedo fue que debido a las mejoras en la calidad de los químicos que se utilizaban permitió fabricar emulsiones más sensibles que lograron bajar el tiempo de exposición, de los 5 minutos en promedio del Daguerrotipo y los 2 o 1 minutos del Calotipo, a unos cuantos segundos de exposición. Esto permitió que se mantuviera el sistema de negativo-positivo, a la vez que bajó el costo de producción de las placas; poco tiempo después de su aparición, Talbot presentó una demanda contra Archer por lo que consideraba era un plagio de su invento, aunque desafortunadamente para Talbot la justicia estimó que ambos inventos eran diferentes y decidió a favor de Archer. Con esto se anunció el principio del fin del Daguerrotipo y Calotipo. Tristemente, y al igual que sucedió con Niepce, este invento no trajo gran fama ni dinero a su creador.
Lo siguiente que sucedió fue que ocurrió un verdadero “boom” Pues ahora las personas podían retratarse y obtener copias de gran calidad, fotos de: seres queridos, de viajes, fotografía de aventura, trayendo como consecuencia el nacimiento de la fotografía social, documental y periodística, e incluso este repentino mercado dio origen a un nuevo producto: los “Ambrotipos” que eran un especia de fotografías de bolsillo que venían en un estuche, y los animados compradores podían cargarlos a cualquier lado y mostrarlos orgullosos a sus amigos. 
A pesar de todo esto, la fotografía aun no estaba lista para convertirse en un producto masivo, pues todavía se requerían de buenos conocimientos de química y contaba con un gran inconveniente, ya que requería transportar todo un engorroso y pesado equipo, como una tienda de acampar que funcionaba como  cuarto obscuro,  tener un cuidado extremo en el manejo de las placas de vidrio, y contar con una gran diversidad de soluciones químicas para procesar de inmediato tanto los negativos como las copias y contar con un buen subsidio económico para solventar los gastos de los diversos químicos, los materiales y los ayudantes que se necesitaban para cargar y transportar todo el engorroso y pesado equipo del fotógrafo.
Los Ambrotipos fueron otra de las aportaciones de Archer en colaboración con un colega, Peter Fry. Estos eran delgados negativos subexpuestos de colodión sobre vidrio, blanqueados con ácido nítrico y colocados contra un fondo obscuro que invertía los tonos y daban el aspecto de un positivo. Resultaban  comparables a los Daguerrotipos, ya que eran imágenes únicas y semejantes en tamaño, y se hicieron muy populares como técnica de retrato;  a éstos siguieron los Ferrotipos, similares a los Ambrotipos, pero en vez de vidrio como base se usaban delgadas placas de metal barnizadas. El proceso de obtención de estos 2 inventos era más rápido y sencillo que el colodión húmedo.
Aunque la mayor parte del invento ya estaba hecho, hacía falta un proceso más sencillo que el del colodión húmedo. Este era el proceso para fotografiar más rápido nunca inventado, pero resultaba ser sucio, engorroso, y exigía una práctica y destreza considerables; además, sólo se podía contar con una cantidad limitada de placas para exponer, ya que por ser de vidrio se corría el riesgo de romperlas, aparte de que no podían permanecer mucho tiempo al ambiente, debían ser procesadas de inmediato o correr el riesgo de perder la emulsión. Para estas fechas el número de fotógrafos con sus aportaciones habían pasado de cientos a miles. El problema que se presentaba ahora era cómo aumentar la sensibilidad de la emulsión, su conservación por largo tiempo y simplificar el proceso de revelado.
En 1847, Niépce de St. Victor  ya había sugerido el uso de gelatina como substituto del colodión, pero no logró consumar su invento; los primeros experimentos exitosos con esta emulsión fueron hechos por un aficionado, el Dr. Richard Leach Maddox, a quien se considera el inventor de la emulsión de gelatina. En 1873, este invento fue mejorado por John Burgess, quien lo lanzó al mercado. Poco tiempo después un aficionado londinense, Richard Kennett, introdujo al mercado una emulsión seca que se empapaba con agua, se disolvía con calor y se vertía sobre la placa; esta emulsión reaccionaba rápidamente, porque el calor la “maduraba” y la volvía muy sensible. En 1878 había cuatro firmas en Inglaterra produciendo comercialmente placas secas de gelatina, y más tarde se patentó una máquina para el recubrimiento automático de las placas de vidrio. Ahora era posible hacer exposiciones de 1/25 de segundo o menos, lo suficientemente rápidas para eliminar el uso del estorboso e incomodo tripié de la época. Asimismo la película de celuloide es inventada en 1887 por Hannibal Goodwin.
Gracias a estos desarrollos tecnológicos Edward Muybridge logra fotografiar en 1887 imágenes en movimiento (una secuencia de caballos con las cuatro patas en el aire), él aseguraba que los caballos podían mantener las cuatro patas en el aire cuando corrían; esto provocó una apuesta, en la que debía demostrar plenamente sus argumentos, decidió utilizar la fotografía para demostrarlo. Colocó varias cámaras alrededor de una pista de carreras y utilizó cordones para accionar las cámaras, los cuales estaban atados a lo ancho de la pista, y el caballo, al correr por ella accionaba el obturador al romper los cordones con sus patas. Después de procesar las placas, Muybridge presentó las imágenes conseguidas y ganó la apuesta este logro fue bautizado con el nombre de “cronofotografía”, que después de algunos años maduro y evoluciono hasta convertirse en el "Kinetoscopio" de Edison, que diera origen al cine.
En 1888 llega la democratización de la fotografía, cuando el inventor estadounidense George Eastman lanzó al mercado su famosa cámara “Kodak”; Ideó la palabra buscando que esta pudiera recordarse fácilmente y facilitar su pronunciación  en casi cualquier idioma. Esta fue la pionera en el uso de rollos de película fotográfica con base de papel, y difundió su lema “Usted dispara el botón, nosotros hacemos lo demás”. La cámara reunía todas las cualidades necesarias para la producción masiva, ligera, compacta, sencilla de usar y el fotógrafo no tenía que revelar las fotos; al terminar de tomar el rollo la cámara se enviaba por correo a la fábrica donde se sacaba el rollo, se revelaba y se imprimían las copias;  después de algunos días, cámara y fotos eran enviadas de vuelta a su propietario con un rollo nuevo de película. Estas características de la Kodak y su desarrollo en 1889 con la película de celuloide cubierta con emulsión de gelatina, provocaron una verdadera revolución en el mercado de la fotografía.
“Fotografía para todos”, declaraba Eastman, ya que su famosa cámara había invadido tanto los mercados nacionales como extranjeros. Era común ver desde fotógrafos de prensa y hasta amas de casa utilizando la Kodak, lo que a la postre se convirtió en uno de los emporios más poderosos a nivel mundial: la “Eastman Kodak Company”.
Pero a pesar del impacto que tuvo la cámara Kodak, poco tiempo después se acentuaron 
algunas desventajas; En ocasiones se tenían que tomar 2 ó 3 exposiciones de la misma escena para asegurar la fotografía, y las limitaciones técnicas de la época limitaban a su vez la calidad de los resultados, como por ejemplo: baja calidad de los lentes que provocaban una imagen pobre, sistema de avance y disparo impresisos que tenía como consecuencia el desperdicio de película, y accesibilidad al flash entre otras.
A principios del siglo 20 se trabajaba en la búsqueda de una cámara que solucionara los inconvenientes de las kodak, el principal avance lo ofrece la compañía Leitz presentando en 1917 el prototipo de una cámara que, se convertiría en sinónimo de fidelidad y precisión. En 1925 llega al mercado la mítica cámara “Leica”, fabricada por el ingenieroalemán Oscar Barnack, la cual cuenta con una importantes innovaciones: un negativo de 35mm., sistema de arrastre y exposición de la película mecánico, se podían cambiar los objetivos para escena a corta ó larga distancia, y  además contaba con sincronizador de flash. 
Con esta última innovación se cierra el ciclo de nacimiento y desarrollo de la fotografía, que necesitó de aproximadamente 24 siglos de amorosos y pacientes cuidados. Lo que le ha permitido en la actualidad establecese como el medio de comunicación más socorrido a nivel mundial.

Es difícil, con el avance tan impresionante de la tecnología de hoy, comprender las posibilidades y el verdadero alcance que esta fabulosa herramienta nos puede brindar; por eso es necesario ir hacia sus orígenes, conocer su desarrollo, sus éxitos y sus fracasos, y así comprender la magnitud de este portentoso medio de comunicación, ya que como lo dijera Larry Slifkin, Físico de la Universidad de Carolina del Norte (EU),  -“En realidad, la fotografía es un milagro. Sólo existía una posibilidad contra cien millones, de que alguien descubriera alguna vez, un sistema para captar y retener las imágenes de la realidad”-.



NOTAS


1: El betún de Judea es una sustancia parecida al asfalto que endurece al exponerla a la luz, quedando blanquecina sobre la superficie negra del peltre.

2: La palabra “Fotografía” proviene de “fotos” (luz) y “graphein” (registrar, escribir, grabar, dibujar), es decir: escribir, grabar o dibujar usando la luz.

3: Aristóteles describió esta ley de la física es su “Problemata”, ca. 334 a.C.

4: Sir William Herschel (1738-1822). Astrónomo inglés. Descubrió el planeta Urano y creó la astronomía estelar.

5: Joseph Nicèphore Niepce nació en Châlon-sur-Saône, en 1765 y murió en 1833. Junto con Claude su hermano dedicó gran parte de su vida y su fortuna a la investigación científica.

6: El formato original es de 20 x 15 cm. La exposición fue hecha la mañana del 12 de junio de 1826, y tuvo una duración de 8 horas. Según las “Notas de impresión”, manuscrito de Niepce, fechado en 1824. Utilizó una cámara construida por Charles Chevalier.

7: Louis Jacques Mandè Daguerre, (1787-1851). Pintor y escenógrafo. Inventor del diorama.

8: François Argo (1786-1853). Físico y astrónomo francés. Descubrió, entre otras cosas, la polarización magnética.


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