martes, 17 de marzo de 2020

Siglas, términos y nomenclatura de los objetivos de cámaras réflex


Guía de referencia rápida para saber qué quieren decir las siglas de los objetivos fotográficos más comunes

Siglas y nomenclatura de objetivos de cámaras réflex

Foto:  Håkan Dahlström (dahlstroms.com(CC BY 2.0)


      Terminología básica para objetivos

  •     Siglas y términos en objetivos Canon
  •      Siglas y términos en objetivos Nikon
  •      Siglas en objetivos Tamron



Cada fabricante utiliza normalmente términos diferentes en el nombre comercial para referirse a las características del objetivo. A partir del nombre podemos saber por ejemplo si incluye estabilizador de imagen, el tipo de montura, enfoque automático, etc.


Terminología básica para objetivos

Distancia focal:

Se indica en milímetros. Si se trata de un objetivo fijo aparecerá la focal correspondiente (p.e. 50mm) y si se trata de un objetivo zoom aparecerá el rango (p.e. 70-300mm).


Rango de apertura:
Normalmente se indica la apertura máxima del diafragma del objetivo.
Si se trata de un objetivo zoom se indica la apertura máxima en la focal más baja y la apertura máxima en la focal más grande.
La apertura se indica mediante el número f . Cuanto menor sea el número, mayor es la apertura máxima del diafragma. Algunos formatos para indicar la apertura del objetivo (el ejemplo corresponde a un objetivo zoom con apertura máxima de 2.8 en la focal más corta  y apertura máxima de 3.3  en la focal más larga:

1:2.8-3.3
F/2.8-3.3

Macro:

Cuando un objetivo indica la palabra Macro quiere decir que permite enfocar un objeto a una distancia muy corta (en relación a su distancia focal).
En rigor, los objetivos macro son los que pueden ofrecer una relación de aumento de 1:1 (o mayor) entre el tamaño del objeto que se fotografía y el tamaño del sensor.
Hay que tener en cuenta que algunos objetivos incluyen la opción Macro pero no llegan a ofrecer una relación de aumento 1:1, con lo que desde un punto de vista estricto no serían objetivos macro.


Siglas en objetivos Canon
Ejemplo:  Canon EF-S 55-250 mm f/4-5.6 IS STM

Tipo de montura:
El tipo de montura indica el sistema o subsistema al que pertenece el objetivo. Un sistema es el conjunto de cámaras y objetivos compatibles entre sí.
-EF (Electronic Focus)
Es la montura utilizada en todas las cámaras réflex EOS de Canon. Los objetivos EF son compatibles con todas las cámaras réflex de Canon, tanto las de sensor Full Frame como las de sensor APS-C.
-EF-S (Short-Back Electronic Focus)
Es la usada en las cámaras réflex de Canon con sensor APS-C. Es decir, en una Canon EOS con sensor APS-C podemos usar objetivos EF y EF-S, pero en una Canon EOS con sensor Full Frame sólo podemos usar objetivos EF (los objetivos EF-S producirán viñeteo, oscurecimiento alrededor del centro de la imagen).

-EF-M (Mirrorless Electronic Focus)
Esta montura corresponde al sistema M de cámaras sin espejo de Canon con sensor APS-C.
Los objetivos EF-M no sirven para las réflex de Canon.
Los objetivos EF y EF-S sí se pueden utilizar en las cámaras del sistema M utilizando un adaptador.
-RF 
Esta montura corresponde al sistema R de cámaras sin espejo de Canon. Son cámaras sin espejo con sensor Full Frame orientadas al sector profesional.
Los objetivos RF no son compatibles con las cámaras réflex de Canon ni con el sistema M.

Los objetivos EF sí se pueden utilizar en las cámaras del sistema R utilizando un adaptador.

Sistema de enfoque automático:

-USM (Ultrasonic Motor)
Sistema basado en ondas ultrasónicas que permite un movimiento de enfoque rápido y relativamente silencioso
-STM ( Stepping Motor)
Nuevo sistema para los objetivos de Canon, bastante más suave y silencioso que los objetivos USM
Todos los objetivos Canon incluyen motor interno de enfoque automático. Las cámaras Canon no tienen motor de enfoque interno (en el cuerpo).


Funciones y características específicas
-IS (Image Stabilization)
El objetivo incluye un sistema de estabilización de imagen
-IF (Internal Focus)
Indica que el desplazamiento de las lentes de enfoque es interno, se produce dentro del objetivo sin que haya ningún desplazamiento de elementos fuera del objetivo (dicho de otra forma, el objetivo no ‘crece’ a medida que cambia el enfoque).
Versión del objetivo
Cuando se fabrica por ejemplo una versión mejorada de un objetivo, Canon lo indica mediante números romanos (II), con o sin la palabra Mark (Mark II). Una versión más alta indica normalmente una mejora en las prestaciones o características del objetivo.
-L (luxury)

Gama alta de objetivos de Canon. Vienen identificados por un aro de color rojo en el extremo del objetivo (y también se les reconoce fácilmente por el precio)



Siglas en objetivos Nikon
Nikkor es la división de Nikon encargada de fabricar objetivos. En la denominación de un objetivo puede aparecer Nikkor, Nikon o ambas.

Ejemplo: Nikon AF-S Nikkor 18-35 mm f:3.5-4.5G ED

Tipo de objetivo / tamaño del sensor:

-DX
Son objetivos diseñados específicamente para cámaras con sensor APS-C. Pueden funcionar con cámaras Nikon full frame  pero la cámara suele pasar automáticamente a ‘modo recorte’ (crop mode) y sólo utiliza un área del sensor equivalente a un sensor APS-C. Es decir, el propio objetivo por su geometría ya introduce el factor de recorte.
-FX
Estos objetivos pueden ser utilizados por todas las cámaras réflex Nikon, tanto con sensores Full Frame como con sensores APS-C

Normalmente los objetivos FX son más caros que su correspondiente versión DX. Y no todos los objetivos FX tienen versión DX. Los objetivos FX suelen ser objetivos profesionales, de gama alta. En formato DX no es habitual encontrar objetivos profesionales.

Sistema de Enfoque:
-AF (Auto Focus)
El objetivo permite enfoque automático (autofocus – AF) pero no incluye motor de enfoque interno. Es la cámara la que tiene que incorporar motor de enfoque en el cuerpo. Por ejemplo las cámaras de las series D3000 (D3200, D3300…) y D5000 (D5200, D5300, D5500…) no incluyen motor de enfoque en el cuerpo y por tanto no podrían usar el sistema de autoenfoque con estos objetivos.
-AF-S (Auto Focus Silent)
Sistema de enfoque automático más silencioso. La tecnología que utiliza es SWM (Silent Wave Motor) que correspondería el USM (Ultrasonic Motor) de Canon. Estos objetivos incluyen el motor de enfoque y no es necesario que la cámara tenga motor de enfoque en el cuerpo.

Funciones y características específicas:

-VR (Vibration Reduction)
El objetivo incluye un sistema de estabilización de imagen
-G
No tienen anillo para controlar la apertura de forma manual. Es decir, la apertura la controla la cámara y no hay posibilidad de cambiarla de forma manual desde el objetivo.
-IF (Internal Focus)
Indica que el desplazamiento de las lentes de enfoque es interno, se produce dentro del objetivo sin que haya ningún desplazamiento de elementos fuera del objetivo.
-LD | ED | UD
Diferentes tecnologías para corregir o minimizar las aberraciones cromáticas.
LD (Low Dispersion), ED (Extra low dispersion) y UD (Ultra low dispersion).  Es decir, un objetivo UD tendrá más calidad óptica en cuanto a aberración de color que un objetivo ED o LD
-N

Objetivos con recubrimiento de nanocristales. Esta tecnología elimina o minimiza los destellos (flares) y ofrece en general imágenes con más nitidez y contraste



Siglas en objetivos Tamron
Tamron fabrica objetivos para las principales marcas de cámaras réflex
Ejemplo:  Tamron A14P AF 18-200 mm F/3.5-6.3 XR Di II LD ASL (IF)

Tipo de objetivo:
-Di (Digitally Integrated)
Objetivos para usar con cámaras réflex tanto con sensor Full frame como con sensor APS-C
-Di-II (Digitally Integrated II)
Objetivos específicos para cámaras con sensor APS-C
-Di-II (Digitally Integrated III)
Objetivos diseñados específicamente para cámaras sin espejo (por ejemplo cámaras sin espejo de Sony, Olympus, Panasonic…)

Montura:
Se indica junto al número de modelo: 
-E (montura EF de Canon)
-N o NII (montura Nikon)
-P (Pentax)
-S (Sony)
Por ejemplo, para un objetivo Tamron 18-200mm

Tamron A14E – para Canon
Tamron A14NII – para Nikon
Tamron A14P – para Pentax
Tamron A14S – para Sony


Sistema de Enfoque:
-AF (Auto focus)
Incluye función de enfoque automático
-USD (Ultrasonic Silent Drive)
Objetivos con motor de enfoque integrado
-PZD (Piezo Drive)
Objetivos con motor de enfoque integrado de tipo piezoeléctrico. Más rápidos y silenciosos

Funciones y características específicas:
-VC (Vibration Compensation)
El objetivo incluye estabilizador de imagen. Tamron suele fabricar sistemas de estabilización de imagen muy eficientes.
-LD | XLD
El objetivo incluye lentes de baja dispersión (Low dispersion | Extra low dispersion)
-ASL (Aspherical)
El objetivo incluye lentes asféricas, que evitan o minimizan las aberraciones ópticas asociadas a lentes esféricas
-LAH (LD + ASL)
Objetivo con lentes asféricas y baja dispersión
-AD (Anomalous Dispersion)
Objetivos con elementos que evitan o minimizan la aberración cromática
-ADH (AD + ASL)
Objetivo con lentes asféricas y mejora de la aberración cromática
I-F (Internal Focus)
Indica que el desplazamiento de las lentes de enfoque es interno, se produce dentro del objetivo sin que haya ningún desplazamiento de elementos fuera del objetivo.
-SP (Super Performance)

Línea profesional. Objetivos de alta calidad




sábado, 29 de febrero de 2020

La fotografía ha muerto, ¡viva la postfotografía!


Publicado por:  EL INDEPENDIENTE

Me parece una estupidez». Así de tajante fue el fotógrafo Joan Fontcuberta cuando en los años 90 Telefónica le consultó si tendría algún futuro incorporar una cámara en los teléfonos móviles. La operadora estaba por entonces buscándole nuevas funciones a estos aparatos (que entonces sólo se utilizaban para llamar) cuando recurrieron a este prestigioso fotógrafo como experto en la materia.

“Me parecía una solemne estupidez a la que no auguraba ningún éxito”, explica Fontcuberta. “Ironicé incluso con que ese supuesto artilugio parecería sacado de la serie cómica de televisión Superagente 86. Y de la misma forma que no me parecía buena idea que el teléfono sirviese como máquina de afeitar o como depiladora de orejas, tampoco veía útil que pudiera tomar fotos”.

Han pasado más de 20 años de aquello y ahora Joan Fontcuberta, que acaba de publicar La Furia de las Imágenes (Galaxia Gutenberg, 2016), reflexiona en una entrevista con El Independiente sobre cómo ha cambiado la imagen en estos años de vorágine tecnológica. Su conclusión es rotunda: la fotografía, tal y como la conocíamos, ha muerto.

¿Cómo puede desaparecer justo cuando más imágenes se toman? Nunca antes se han hecho y compartido tantas fotos. Sólo en Snapchat se suben cada día más de 1.000 millones de imágenes y más de 10.000 millones de vídeos. En Facebook, 300 millones (unas 136.000 cada minuto). En Instagram, 55 millones.

Son cifras «espeluznantes», dice Fontcuberta. «Si dedicásemos un solo segundo a mirar estas imágenes, necesitaríamos 50 años para ver las que se suben en un sólo día. Hacemos constantemente fotografías que nadie ve. Ni nosotros mismos. Nos ahogamos en las imágenes».
Y es en ese magma digital en el que paradójicamente la fotografía ha firmado su sentencia de muerte, según este artista que, además de haber expuesto su obra en el Pompidou y el Moma, enseña comunicación audiovisual en Harvard.

<<Nunca antes se han hecho tantas fotos: sólo a Snapchat se suben cada día 1.000 millones de imágenes>>


«La fotografía ha perdido sus valores fundamentales como anclaje histórico: la verdad, la memoria y el archivo», explica. «¿Lo podemos entonces llamar fotografía? Desde una perspectiva sociológica y cultural es distinto, también tecnológicamente es otra cosa». Ni es necesariamente verídico lo que refleja (para eso está el Photoshop), ni su función es el recuerdo y, además, ha pasado a ser efímera. Eso es lo que le lleva a Fontcuberta a afirmar que esto que hacemos ahora «no es fotografía, es otra cosa». Él lo llama «postfotografía».

Igual que a la imagen en movimiento inicialmente se le llamaba cine y luego se diferenció del vídeo, Fontcuberta sostiene que hay suficientes elementos para considerar que la fotografía digital ha pasado a ser algo totalmente diferente de aquello que inventó Daguerre en el siglo XIX y que nuestros abuelos reservaban para las grandes ocasiones.

«Usamos las fotos digitales no tanto para recordar como para comunicar algo, como un lenguaje más», afirma Fontcuberta. «Cuando hacemos una del grupo con el que estamos comiendo y se la enviamos al familiar ausente, lo importante no es el contenido, sino que éste permite conectar con un grupo en la distancia. Es decir, no reemplaza la función de las fotos de antes, sino que sustituye una llamada telefónica, un mensaje o una carta para decirle a alguien que te acuerdas de él».

<<Además de la técnica, ha cambiado la función. Ya no es fotografía, es otra cosa: «postfotografía», según denomina Joan Fontcuberta>>


Antes las fotos buscaban permanecer. Ahora son la expresión efímera de un instante cualquiera, ya sea el café que nos acabamos de pedir o el vestido del escaparate que no sabemos si comprar  y que sometemos a votación en algún grupo de WhatsApp.

La fotografía digital ya no se traduce, como aquéllas que revelábamos en el siglo XX al final de cada verano, en un instante memorable. Lo digital no sólo ha cambiado la técnica, ha transformado la función.

Siempre que Fontcuberta aparca el coche en el aeropuerto, hace una foto con el móvil para acordarse de la plaza. «Antes hubiera tomado nota del número de plaza, pero ahora para acordarme tomo una imagen. Suple las funciones que antes relegaba a las notas», añade el fotógrafo. «Las hacemos para todo y cada vez con menos vocación de permanencia ni preocupación estética».

Las fotos ya no sustituyen a la memoria, han pasado a ser un lenguaje cotidiano. Y como a las palabras, se las lleva el viento. «La mayoría de las imágenes que tomamos se desvanecen cuando llegan al receptor, igual que cuando uno dice que está tomando un café esa frase se olvida cuando cumple su misión”, explica.

<<Antes las fotos buscaban permanecer, ahora son la expresión efímera de un instante cualquiera>>


A medida que se multiplican descontroladamente las imágenes, va dejando de tener sentido almacenarlas ni siquiera digitalmente. Se comparten a fondo perdido. “No tiene sentido una memoria de imágenes inútiles que se acumula en forma de polución”, afirma Fontcuberta.

El mejor ejemplo del nuevo imperativo de lo efímero es el furor que causa Snapchat. Esta app, que nació exclusivamente dedicada a las selfis y tiene la particularidad de que lo que se envía desaparece a los pocos segundos, tiene ya 150 millones de usuarios activos (un 50% más que Twitter) y es la más exitosa entre el público milenial. Cinco años después de nacer, prepara su salida a bolsa con un valor aproximado de 25.000 millones de dólares (23.400 millones de euros, aproximadamente). La expectación en Wall Street confirma el triunfo del espíritu efímero.

Snapchat ha sido el primero en rentabilizarlo, pero los más grandes de la comunicación social están siguiendo sus pasos. Facebook (1.500 millones de usuarios) acaba de lanzar una réplica de Snapchat y prueba un sistema de fotos y vídeos que dura sólo 24 horas. Instagram también incorporó algo parecido este verano.

<<Facebook acaba de lanzar una réplica de Snapchat que demuestra el éxito de las imágenes efímeras>>


«La forma en que las personas comparten hoy es diferente a hace cinco años, o incluso a hace dos años. Es mucho más visual, con más fotos y vídeos que antes. Queremos hacer esto rápido y divertido para que las personas compartan fotos y vídeos creativos con quien quieran, cuando quieran», reconoce Facebook.

La hiperinflación fotográfica va disminuyendo inevitablemente el valor de cada imagen al tiempo que los nuevos usos entierran los propósitos originales de la fotografía tal y como se concibió en el siglo XIX (y se perfeccionó en el XX). «No es mejor ni peor, simplemente es otra cosa tan diferente que no tiene sentido conocerlo con el mismo nombre», comenta.

Además de los móviles, las imágenes digitales ya las toman hasta las gafas: Snapchat acaba de lanzar Spectacles con un gran éxito, de momento, en el mercado estadounidense. Con un diseño apto para los amantes de la moda (nada que ver con el estilo cyborg de las fallidas Google Glasses de hace unos años), estas gafas protegen del sol, hacen fotos y graban vídeos de 10 segundos.

Ya no hay ni que tomarse la molestia de sacar el móvil del bolsillo para compartir la foto de turno, porque las Spectacles (de 175 euros) están conectadas al smartphone para subir a las redes todo lo registrado inmediatamente.

«En el futuro, lo fotografiaremos todo pero no miraremos nada”, así resume Om Malik, un reputado experto en tecnología que vive en Palo Alto (California) el nuevo mundo de la imagen.
En 2017 habrá, según Statista, unos 2.600 millones de smartphones en el mundo. Sólo con que cada uno de ellos hiciera dos fotos diarias, una proyección bastante conservadora, habría más de 5.000 millones de nuevas fotos diarias.

«El grifo de las imágenes no ha hecho más que empezar a abrirse», dice Fontcuberta. ¿Para qué captar un instante si puedes registrarlos todos? Y ahí es donde se acaba definitivamente la función de la fotografía.

El otro cambio fundamental tiene que ver con la desaparición de su veracidad. Hacer fotos para retratar cómo es nuestra vida era la costumbre del siglo pasado.

Ahora es mucho más frecuente utilizarla para reflejar cómo queremos que sea.  «Más que para dar testimonio de que algo ha ocurrido, lo relevante es probar que uno estuvo allí», explica. De hecho, en vez de autógrafos a los famosos ahora se les piden selfis.

Las imágenes ya no revelan una realidad. “En el catálogo de Ikea de 2016 el 80% de las imágenes para vender muebles no eran reales, sino generadas por ordenador”, comenta Fontcuberta. “Aunque eran convincentemente fotográficas, eran recreaciones. Hace cinco años el porcentaje era inverso: un 80% era real y un 20% por ordenador. No es descabellado pensar que en el futuro las imágenes no van a necesitar la realidad en absoluto”.

«Internet ha sido como abrir el grifo y ahora estamos desbordados por el flujo de imágenes, pero es sólo el principio», añade Fontcuberta. «Es evidente que no tenemos la misma relación con un bien escaso (como eran antes las fotografías) que ante uno abundante (la postfotografía)».

A la captura de imágenes ya le preocupa la posteridad, sino el presente. No son recuerdos, sino mensajes. Y si la fotografía digital no sustituye la versión analógica, sino que ha modificado completamente tanto la técnica como el propósito que poco tiene que ver con la verdad y la memoria… ¿Qué papel le queda a la fotografía tradicional? «Sigue existiendo en su vocación artística», apunta.

En el largo plazo prefiere no aventurarse mucho. “Hacer pronósticos del futuro de la fotografía teniendo en cuenta la calamidad con la que pronostiqué el uso de los móviles podría resultar catastrófico”, bromea Fontcuberta. Lo que sí adelanta es que «este momento es tan crucial como lo fue el daguerrotipo en el siglo XIX para la fotografía tradicional. Si entonces el reto era conseguir una técnica que lograse fijar la luz en un soporte físico y que la abaratara, ahora que ya es gratis e inmaterial el reto es organizar ese maremágnum digital. La postfotografía está todavía en pañales», añade.

Desde que empezó a leer este artículo, se han subido a Facebook más de 500.000 fotos. ¿O deberíamos decir postfotografías?


MARTA GARCÍA ALLER  marta.g.aller@elindependiente.com  @garciaaller

jueves, 20 de febrero de 2020

La oscura era digital

Volviendo a un tema que toqué en diversos artículos desde que publiqué mis reflexiones sobre el documental “La oscura era digital” os comento una breve charla que tuve con la responsable de archivo de mi organización.
Resulta que un departamento quiere hacer una limpia importante de documentos que no tienen trascendencia, pero que como suele pasar en estos casos, cuesta deshacerse de ellos por si en algún momento fuera necesario acudir a ellos. Como buena parte de los mismos procedían de listados de un sistema de información actualmente sustituido por otro y en el proceso de migración se mapearon los datos origen a otros distintos (para mejorar, entre otras cosas, la calidad de los mismos), los responsables del departamento querían conservar una copia en el archivo de mi organización, de los datos de la aplicación antigua, los cuales se encuentran todavía en la base de datos de explotación ya que el cambio de sistema se realizó no hace excesivo tiempo y por si acaso, queremos tenerlo a mano por si hiciera falta acudir a ellos (tampoco hubiera habido problema si se hubiera decidido tenerlo almacenado en cinta).
Traté de explicarles que en informática nos encargaríamos de hacer una copia del esquema de base de datos cuando se vaya a quitar de producción, pero como es lógico, ellos querían tocar pelo y tener custodiado en el archivo una copia en soporte digital en el archivo. Al fin y al cabo, los responsables de los datos son ellos y si prefieren hacerlo así, poco más allá puedo ir.
Una vez que finalmente decidieron la opción del archivo, la responsable de archivo me pidió un manual que permitiera que a partir de la información almacenada en el soporte físico se pudiera recuperar la información en el caso de que sea necesario. Esto puede parecer una petición lógica, pero, ¿se nos habría ocurrido a nosotros?, ¿se nos habría ocurrido qué tal vez dentro de de bastantes años sea necesario recuperar esa información y tal vez la tecnología de base de datos utilizada ya no sea la predominante o bien exista otros paradigmas de almacenamiento de datos? Lo que parece trivial no lo es tanto y lo expone perfectamente el documental “La oscura era digital”.
Un aspecto muy importante cuando se está trabajando con documentos electrónicos es la gestión documental, ya que si queremos poder localizar un documento en el futuro, relacionarlos con otros que traten sobre una determinada temática y abrirlos (ya he hablado de este asunto en varios posts, como por ejemplo el que denominé La oscura era digital).
Es decir, si estamos trabajando con documentos electrónicos la solución no debe consistir solo en persistirlos (ya sea en una base de datos, en un sistema de ficheros o utilizando como puente un gestor documental), sino que si se quiere tener una visión orientada a la conservación con el tiempo de los mismos, así como facilitar su localización, hay aplicar técnicas rigurosas de gestión documental.
En el ámbito de la gestión documental, como en tantos otros, tengo muchísimo que aprender, pero hay varios aspectos muy importantes que se deben tener en cuenta a la hora de abordar una gestión documental basada en documentos electrónicos:
– La estrategia debería ser global en toda la organización, huyendo en la medida de lo posible de soluciones particulares, ya que al fin y al cabo la documentación es la que instancia el conjunto de procesos de la organización y por este motivo es necesario que el almacenamiento de toda la documentación siga una misma estrategia.
– La estrategia global es recomendable que sea definida junto a expertos en gestión documental (si no se dispone en la organización de personal con esos conocimientos, será necesario contratar esa consultoría).
– Si no es posible abordar todavía la estrategia global (se puede aplazar, pero es necesario realizarla, teniendo en cuenta los posibles gastos de migración desde las soluciones particulares a la general definitiva que se establezca), es necesario adoptar estrategias particulares que minimicen los posibles costes de migración a una estrategia global y que además faciliten la localización, asociación y persistencia de la documentación. Entre esas estrategias, debería estar la utilización de un estándar de metadatos (no es cuestión de inventarse una estructura si existen varias especificaciones con características de estándar ya disponibles), el establecimiento de una política de cumplimentación de los metadatos (minimizando los procesos de grabación manual) y el almacenamiento de la documentación en formatos abiertos, conocidos y estandarizados.
La gestión documental es algo muy serio y aunque tal vez a corto, medio o incluso largo plazo no se puedan ver las nefastas consecuencias de una mala política de gestión documental, es muy probable que a muy largo plazo las consecuencias negativas sean palpables y sea complicado (o tremendamente costoso) revertir la situación.
Lo que más puede llamar la atención es el concepto de portabilidad, un ejemplo sencillo, en casa utilizo la distribución Linux Ubuntu, en el trabajo Windows, si quisiera instalar Microsoft Office en mi PC doméstico (suponiendo que tuviera la licencia oportuna) no podría (quitando otras posibles soluciones como tener un sistema operativo Windows como máquina virtual, Wine, etc…), este ejemplo es extensible a una gran cantidad de software que funciona en unos sistemas operativos y que en otros no (salvo que se rehaga completamente). La portabilidad se puede ver desde diferentes puntos de vista, portabilidad a nivel de código fuente, es decir, tener una aplicación que sin tocar el código fuente pueda funcionar en diferentes sistemas operativos mediante su compilación en los mismos, portabilidad a nivel de ejecutable o de software interpretable, la están proporcionando las soluciones basadas en máquinas virtuales, como por ejemplo Java, Mono, etc…, portabilidad de datos, etc… La portabilidad es, a mi juicio, una de las causas que está afectando al impulso definitivo de Linux, ya que la cantidad de software disponible en Windows y Mac (sobre todo en el primero y sobre todo a nivel de diferentes opciones a elegir) es sensiblemente superior. No obstante, la orientación del uso de aplicaciones en la nube y la aparición de cada vez más software en Linux, puede romper esa tendencia.
La portabilidad de la información no es un concepto que debamos dejar de lado, ya publiqué hace un tiempo un artículo que lleva el mismo nombre que el documental que me inspiró el mismo “La oscura era digital”. Es muy importante, si queremos que la información persista en el tiempo que el formato lógico en que se almacena se base en un estándar abierto, de lo contrario si queremos persistir la información, necesitaremos tener una copia del programa que lo interpreta y si el sistema operativo en el que se ejecuta tampoco es abierto una copia de dicho sistema operativo y así sucesivamente hasta llegar al hardware más básico de la máquina en que se ejecuta el software.
En resumen, los sistemas abiertos surgieron como una necesidad, casi como un mecanismo de defensa ante una evolución de la industria de las TIC que no era coherente para sus organizaciones usuarias, esta necesidad cambió las reglas del mercado y propició una importante evolución en el mundo de la informática que no hubiera sido posible (o por lo menos hubiera sido mucho más lenta) de otra forma. La estandarización, las especificaciones abiertas, fueron la llave de todo.
En la actualidad, pese a que los sistemas abiertos es una filosofía aplicada de forma general en el mundo de las TICs, en la actualidad y en el futuro existirán muchos productos hardware y software de uso cotidiano que no tienen publicadas sus especificaciones. La tendencia estratégica de estos y otros fabricantes dependerá muy mucho de las reglas del juego que queremos los usuarios que existan.
¿Persistirá la información digital que actualmente se encuentra dispersa en infinidad de soportes?, en el caso de que persista, ¿se dispondrán de los medios adecuados para leer e interpretar dicha información? Si no se hace nada al respecto, esta era (la actual) será una época oscura sobre la que no quedó rastro de lo que sucedió en la misma, si se intenta buscar información de la misma dentro de miles de años. Sobre esta base gira el documental “La oscura era digital” (del año 2003) que tuve la oportunidad de ver hace unos días.
Pese a que vi el documental desde una posición un tanto excéptica a sus planteamientos (ya que me pareció excesivamente alarmante, teniendo en cuenta de que gran parte de la información (y mucha de ella muy relevante) sigue (y seguirá teniendo aunque cada vez menos), su reflejo en medios físicos: libros, periódicos, etc…) y que tardé en abrir un poco la mente, al final me quedé con la moraleja de que es necesario de alguna manera buscar la persistencia de la información, pensando en ella no como un bien que necesito mantener en el presente, sino como un bien que se necesita consultar en un futuro (mirando este como algo a muy largo plazo), para ello no basta solo con almacenar los bits de información (que ya de por sí es algo costoso, no solo por su mantenimiento, sino por la sucesiva migración de los soportes que los contienen (la tecnología tiene eso, un avance continuo y progresivo que hace que cada cierto tiempo aparezca una nueva que desbanca a la anterior)), sino que además es necesario persistir la manera en que se interpreta ese conjunto de ceros y unos (sin esas interpretaciones no tenemos nada, simplemente ceros y unos sin sentido)).
Para poder persistir esa interpretación existen diversas posibilidades como por ejemplo almacenar el conjunto de programas y aplicaciones informáticos que permiten interpretarlos (sería algo así como tener un Arca de Noé de software), algo que es complejo debido a la gran cantidad de software que se genera y manteniente a lo que hay que sumar que también habría que almacenar en el arca los sistemas operativos sobre los que funcionaban y una emulación de cada uno de los sistemas físicos que lo soportaban (o disponer de un Arca de Noé del hardware). No obstante, la posibilidad más lógica es persistir la especificación de los formatos de los ficheros lógicos, para ello en primer lugar los formatos deben ser abiertos y por tanto conocidos (sin formatos abiertos esta posibilidad no existe para gran cantidad de información digital, de hecho, gran parte de la información almacenada en formato digital corre el riesgo de no ser interpretada en un futuro, al no ser abiertos sus formatos (lo que hace que o se tiene el software que lo interpretaba (Arca de Noé del software) o no hay nada que hacer (salvo intentar descifrarlo, algo que puede resultar bastante costoso)).
Tras la visión del documental, tengo más claro que nunca que debemos dirigirnos lo más rápido posible al uso de software que permita almacenar ficheros (audio, video, texto, imágenes, etc, etc, etc….) siguiendo especificaciones abiertas, de hecho a la mañana siguiente solicité una serie de modificaciones en el libro blanco de desarrollo de mi organización en lo que se refiere a la documentación de los proyectos (más adelante, no depende de mi, intentaré abordar un tema más complejo como es el de la información documental generada por los sistemas de información, ya que ésta también deberá seguir la filosofía de utilizar soluciones que tengan especificaciones abiertas).

Nuestro romance con lo digital se ha terminado


Por David Sax

Hace una década compré mi primer teléfono inteligente: un pequeño y torpe BlackBerry 8830 que tenía una elegante funda de piel. Me encantaba ese celular. Adoraba la manera en que fácilmente entraba y salía de su funda, me encantaba la suave vibración que emitía cuando llegaba un correo electrónico, amaba el sonido silencioso de su rueda de desplazamiento mientras jugaba Brick Breaker en el metro y la sensación de sus pequeñas teclas bajo mis pulgares gordos. Era el mundo en mis manos y cuando lo apagaba me sentía solo y ansioso.

Como la mayoría de las relaciones en las que nos involucramos con el corazón agitado, nuestro romance con la tecnología digital nos prometía el mundo: ¡Más amigos, dinero y democracia! ¡La música gratuita, las noticias y el envío de toallas de papel el mismo día! Una risa por minuto y una fiesta constante en la punta de nuestros dedos.
Muchos de nosotros nos tragamos la fantasía de que lo digital mejoraba todo. Nos rendimos ante esta idea y confundimos nuestra dependencia con el romance, hasta que fue demasiado tarde.

Hoy, cuando mi celular está prendido, me siento ansioso y cuento las horas que faltan para que pueda apagarlo y relajarme de verdad. La aventura amorosa que alguna vez disfruté con la tecnología digital se acabó. Y sé que no soy el único.
Diez años después de que el iPhone nos sorprendiera por primera vez, es inevitable el aumento de la desconfianza en las computadoras, tanto en nuestras vidas personales como en la sociedad en general. Esta temporada de publicaciones está llena de libros que nos advierten sobre los efectos perjudiciales de la tecnología digital en nuestra vida: lo que los teléfonos inteligentes les están haciendo a nuestros niños; cómo Facebook y Twitter están erosionando nuestras instituciones democráticas; los efectos económicos de los monopolios de la tecnología.

Una encuesta reciente del Pew Research Center señaló que más del 70 por ciento de los estadounidenses estaban preocupados por el impacto de la automatización en los empleos, mientras que solo el 21 por ciento de quienes respondieron una encuesta de Quartz dijeron que le confían a Facebook su información personal. Casi la mitad de los milenials se preocupa por los efectos negativos de las redes sociales en su salud física y mental, de acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Estadounidense.
¿Y ahora qué?

Por mucho que fantaseemos al respecto, quizá no borraremos nuestras cuentas de las redes sociales ni vamos a echar a la basura nuestros celulares. Lo que podemos hacer es recuperar un poco del sentido de equilibrio en nuestra relación con la tecnología digital, y la mejor manera de hacerlo es con lo analógico: el ying del yang digital.

Afortunadamente, el mundo analógico aún está aquí, y no solo está sobreviviendo, sino que en muchos casos está prosperando. Las ventas de los libros impresos tradicionales están aumentando por tercer año consecutivo, de acuerdo con la Association of American Publishers, mientras que las ventas de libros electrónicos han disminuido. Los discos de vinilo han tenido un auge de popularidad que ya lleva una década (más de 200.000 discos se venden cada semana en Estados Unidos), mientras que las ventas de cámaras de fotografías instantáneas, cuadernos de papel, juegos de mesa y boletos para espectáculos de Broadway están creciendo de nuevo.

Este sorprendente cambio de suerte para tecnologías analógicas aparentemente “obsoletas” a menudo se califica como una nostalgia por la época predigital. Pero los consumidores más jóvenes que jamás tuvieron una bandeja para escuchar discos de vinilo y tienen pocos recuerdos de la vida antes de internet son responsables de gran parte del interés actual en lo analógico, y a menudo este segmento abarca a quienes trabajan en las empresas más poderosas de Silicon Valley.

Lo analógico, aunque es más incómodo y costoso que sus equivalentes digitales, proporciona una riqueza sensorial que no tiene equivalente con nada de lo que se vive a través de una pantalla. La gente está comprando libros porque estimulan casi todos los sentidos, desde el olor del papel y el pegamento hasta la vista del diseño de la cubierta y el peso de las páginas leídas, el sonido que hacen al cambiarlas e incluso el sutil sabor de la tinta en la punta de tus dedos. Un libro puede comprarse y venderse, darse y recibirse, y también se puede mostrar en un estante para que todos lo vean. Puede detonar conversaciones y cultivar romances.

Los límites de lo análógico, que alguna vez se consideraron una desventaja, cada vez más se convierten en uno de los beneficios a los que la gente está recurriendo como un contrapeso para la fácil manipulación de lo digital. Aunque una página de papel tiene los límites de su tamaño y la permanencia de la tinta que lo marca, hay una eficiencia poderosa en esa simpleza. La persona que tenga una pluma mientras lee esa página tiene la libertad de escribir, hacer dibujitos o garabatear su idea como lo desee entre esas fronteras, sin las restricciones ni las distracciones que impone el software.

En un mundo de interminables cadenas de correos electrónicos, conversaciones grupales, mensajes emergentes o documentos e imágenes con miles de modificaciones, el jardín amurallado de lo analógico nos ahorra tiempo e inspira la creatividad. A los diseñadores web en Google se les ha pedido que utilicen papel y pluma como un primer paso cuando proponen ideas para nuevos proyectos durante los últimos años, porque eso da como resultado mejores ideas que las que comienzan en una pantalla.

En contraste con las “comunidades” virtuales que hemos construido en línea, lo analógico verdaderamente contribuye con los lugares reales donde vivimos. Me he hecho amigo de Ian Cheung, el dueño apropiadamente necio de June Records, que vive al final de la calle donde se ubica mi casa en Toronto. No solo me beneficio de los ingresos fiscales que June Records contribuye como negocio local (pavimentar las carreteras, pagarles a los profesores de mi hija), sino también de vivir cerca. Al igual que la ferretería, la tienda de productos italianos y el carnicero en la misma cuadra, la presencia física de June le agrega a mi vecindario un sentido de lugar (como, por ejemplo, un lugar con una selección genial de Cannonball Adderley y álbumes independientes locales) y me da una sensación de pertenencia. Tampoco dudo que, a diferencia de lo que ocurre en Twitter, Ian de inmediato echaría a cualquier nazi o misógino delirante que comenzará a despotricar dentro de su tienda.

Lo analógico es perfecto sobre todo a la hora de animar la interacción humana, lo cual es crucial para nuestro bienestar físico y mental. La dinámica de un profesor que trabaja en un salón de clases lleno de estudiantes no solo ha comprobado ser resiliente, sino que una y otra vez se ha desempeñado mejor que los experimentos de aprendizaje digital. Lo digital podría ser extremadamente eficaz a la hora de transferir información pura, pero el aprendizaje ocurre de mejor manera cuando nos basamos en las relaciones entre estudiantes, profesores y compañeros.

No enfrentamos una simple decisión entre lo digital o lo analógico. Esa es la lógica falsa del código binario con el que las computadoras están programadas, la cual ignora la complejidad de la vida en el mundo real. En vez de eso, estamos ante una decisión de cómo lograr el equilibrio adecuado entre ambos. Si tenemos eso en mente, estamos dando el primer paso hacia una relación saludable con toda la tecnología y, lo más importante, entre nosotros.

David Sax es el autor de “The Revenge of Analog: Real Things and Why They Matter”.

martes, 28 de septiembre de 2010

VENTAJAS Y DESVENTAJAS


VENTAJAS:

“Inmediatez”: Solo haga click y se puede revisar la imagen, conecta la cámara o la memoria a la computadora y se puede trabajar de inmediato. Si se cometen errores al tomar la fotografía o no le gusta la imagen, puede borrarse y simplemente volverla a tomar, hasta tener el resultado deseado. Si necesita enviar las imágenes a otra ubicación geográfica, solo adjúntela al correo electrónico o a una red social y puede compartirla con sus amigos o clientes en cualquier parte del mundo.

“Comunicación”: Hace de la retroalimentación un proceso más simple y veloz por la facilidad con que puede enviarse o transmitirse a cualquier parte del mundo en pocos segundos, lo que le permite analizar y evaluar rápidamente y retroalimentar la información con respecto a las imágenes enviadas a su cliente.

“Flexibilidad”: Este tipo de cámaras profesionales, tienen la cualidad de que pueden sustituir a nuestro “Stock” de cámaras, ya que la calidad de imagen que obtienen ha igualado a las emulsiones de plata, no solamente en 35 mm, sino aun los formatos medios y gran formato. Lo cual permite que con un solo equipo el fotógrafo se pueda cubrir diferentes áreas del quehacer fotográfico: Retrato, Comercial, Publicitario, Periodístico, etc.

“Control”: Combinada con software o programas de edición de imagen, le permite al usuario sea aficionado o experto, ajustar o editar: tamaño, rotar, cortar, pegar o cambiar de colores o fondo hasta donde su creatividad lo permita, obteniendo con estos el control de la calidad, es importante señalar que debe tomarse en consideración que antes de adquirir cualquier computadora, paquetes y periféricos, cuál será el destino final o de salida de las imágenes y buscar asesoría experta, para de esta forma, adquirir el equipo apropiado, para evitar hacer una inversión errónea, con equipo caro que no satisfaga completamente nuestras necesidades.

“Almacenamiento”: Las tarjetas de memoria permiten almacenar entre: 1 a 3,000 imágenes aprox. en cada una, dependiendo de la resolución (megapíxeles), del tipo de compresión y de la capacidad de la tarjeta. Las unidades “ZIP” son también una herramientas para guardar archivos de gran tamaño, otra opción popular son los “CD-R”, además que son más económicos que las unidades “ZIP” y los discos tienen mayor capacidad de almacenamiento, y cuentan incluso con la modalidad "Re-grabable" (CD-RW), actualmente una opción muy popular son las “memorias flash” que son unidades extraíbles conocidas como USB, que se conectan al puerto usb de la Pc se transfiere la información y se retira, con capacidad de almacenamiento que van de: 1 a 256 Gb.

La forma más socorrida para almacenar nuestros archivos digitales en las “DSLR” son las tarjetas de memoria, las podemos encontrar en varios formatos como: Smart media, compact flash, multimedia card, memory stick entre otras, con capacidad de almacenamiento de 256 Mb. a 64 Gb.


DESVENTAJAS:
 

-Es muy difícil proteger los “Derechos de Autor”.


-Se necesitan conocimientos de computación y fotografía para manejar y explotar correctamente las posibilidades  del medio.


-Es necesario tener constante actualización y soporte por medio de los proveedores ya que cada equipo cuenta con características muy diferentes, y aprender a dominarlas requiere de tiempo e inversión en cursos.

-Es una Tecnología cara, por lo que los costos de sus equipos son elevados y rápidamente por su acelerada evolución son descontinuados, en no menos de 8 meses es lanzado al mercado un nuevo modelo poco más económico y más sofisticado.

-A pesar de esto, las múltiples ventajas palpables está dejando rápidamente atrás las “desventajas”, con el tiempo se espera que el medio digital será más solicitado que su antecesor: “La fotografía convencional”.